Cinco agentes de la Unidad de Fronteras de la Policía Nacional se han traslado ya a Bilbao para reforzar la vigilancia en los accesos al ferry que une Bizkaia con las islas británicas, uno de los puntos más sensibles en cuanto a la inmigración ilegal en la costa cantábrica. Tal y como adelantó EL CORREO, en 2016 ya se produjo un «repunte» del número de personas que intentar acceder de forma ilegal a las instalaciones portuarias para introducirse en los navíos y llegar así a Inglaterra, lo que está provocando problemas de seguridad para los responsables de la gestión portuaria.
Los agentes que han reforzado la plantilla que vigila el puerto pertenecen a la Comisaría de Extranjería y forman parte del grupo especializados en el control de pasajeros y de gestión de documentación internacional. Su destino estará en el punto de embarque del ferry, en Santurtzi. En principio se tratará de un despliegue temporal. Según el análisis que realizan las fuerzas de seguridad, los aumentos de entradas ilegales en el puerto están directamente vinculados con la decisión del Gobierno Francés de cerrar en octubre los campamentos ilegales instalados en la ciudad de Calais, el punto que conecta el continente con Gran Bretaña tanto por rutas marítimas como por el Eurotúnel.
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